jueves, 27 de agosto de 2020

LA HERMANDAD


1

Los cuerpos se esconden en las grietas del reloj,
transcienden en un eterno fluir de mariposas,
parece eterno el lamento constante  y lejano,
voces que murieron en el viejo callejón.
Las espinas son reflejos de luces borrosas,
nosotros le inventamos una extraña razón,
tal vez bailamos para soportar  la oscuridad
de estos manicomios olvidados en el tiempo,
ya sabrán de mi existencia, no me olvidarán.

2

Mi barca se detiene, como gusano ciego,
no soy la única víctima que sueña despierto,
 no soy el único “paciente” de libros azules.
Los que caminan del otro lado se marchitan,
escriben el mismo final, cruces solitarias.

3

¡Somos hijos del Señor de las sombras doradas!,
cada gota de lluvia anuncia nuestra llegada,
no habrán trompetas, ni señales en el infierno,
el sol nos ilumina, todos duermen de noche,
los hijos  jugarán, cantarán  en las escuelas,
tu esposa te abrazará y besará como siempre,
nadie notará un rostro simbólico en el cielo,
seré el profeta de la Nueva y verdadera Era. 
4
Aves grises  llenan los pasillos de miserias,
cada sábado en la tarde, dejan esas huellas,
murmullos que me estorban, no puedo respirar,
 cierro la puerta, mi rincón, silencio, se fueron,
mi espíritu es invadido por la soledad,
ya están aquí, vuelven los hermanos otra vez,
el doctor deja caer una gota de sangre,
vuelvo a ser el profeta eterno de la Nueva Era,
cucarachas verdes salen de mi espejo, doce,
no tengo compañeros de cuarto, morirían,
como gusanos que se pudren en el jardín.

5

Los creyentes alcanzarán paz espiritual,
gracias a mis sagrados y poderosos dones.
Este hospital es tan oscuro, sin velas negras,
tengo que trabajar oculto entre batas sucias,
 escuchando pasos que no me dejan dormir,
soportando baños de agua fría cada noche,
perfumes de calmantes y drogas milagrosas.

6

“Pronto te pondrás bien y volverás al infierno”,
 son basuras arrojadas a las papeleras,
puedo cerrar las grandes ventanas con mi mente,
clavar las jeringas en las gargantas enfermas,
los pasos de los muertos se acercan suavemente,
los hermanos conocerán la paz verdadera,
voces en la oscuridad, maldiciones eternas. 

7

El tiempo se ha detenido, las aguas tranquilas,
la tarde del dolor íntimo, mi soledad,
nada ha terminado, las ánimas escondidas
en la oscuridad de los espejos sin cadenas,
me hablan en secreto, llegan imágenes viejas,
cicatrices en todo mi cuerpo, estas heridas,
la sangren derramada que no puedo olvidar.

8

La mesa fría, el olor a muerte, la hermandad,
se mueven cadáveres en mis sandalias nuevas,
las luces giran, tengo sueño, cierran la puerta,
no hay sonrisas en este cuarto, sólo silencio,
en el suelo cae la camisa desgarrada,
 sonidos de tormentas que nunca se detienen,
los ojos del Amo, la Serpiente, todos muertos.
  
9

Dueños del Edén, los Elegidos de los dioses,
la nueva raza sin debilidades impuras,
ojos brillantes, frases oscuras, sin pasiones,
¿sienten la energía?, la Revolución de Acuario,
lloran astros en el cielo, mensajes ocultos,
las estrellas que brillan cerca del mar lejano,
aves que mueren en pleno vuelo cada noche,
animales que aparecen de pronto, y te miran,
varias presencias extrañas cerca de tu cuello,
el deseo de gritar maldiciones mortales,
 los Elegidos ya están aquí, dentro del cuarto.

10

Quiero navegar junto al sol de la eternidad,
el canto astral de mi sombra en cada pesadilla,
la Conciencia Universal controla el universo,
llega el momento de apartar las hojas distintas,
respirar el aire de la Energía del mar,
libros sagrados de Salomón bajo la cama,
“los ojos son la ventana del alma” lo sé.

11

No puedo recordar los nombres de mis hermanos,
me visitan en sus carrozas cuando despierto,
el Amo nocturno me consuela, estaba escrito,
infinitos misterios de los ángeles muertos,
 luces del infierno se cruzaron en mi mente,
 fuego culpable, manos quietas, sangre en el piso.  

12

Pétalos secos perfuman mis nostalgias vivas,
trece sillas en un solo círculo fatal,
 los nuevos apóstoles y un espíritu guía,
el alma camina atrapada en la soledad,
una fuerza eterna como fuente que palpita,
 daga escondida en mis botas, la bella Serpiente,
la voz en mi cuello, tengo que ser el primero,
la silla vacía, puedo sentir la presencia,
seré especial, un ser espiritual, inmortal,
sin debilidades humanas, sin esperanzas,
totalmente espíritu, pagaré cualquier precio,
la daga, si la voz lo exige, usaré la daga.

13

A media noche, oscuridad perfecta, profunda,
espíritus sin tiempo, ni espacio, soledad,
el Gran Maestro sentado en la silla central,
tres años en la misma barca, el mismo mensaje,
los sacerdotes de la Revolución de Acuario,
profetas de los nuevos tiempos, raza eterna,
 reino de los elegidos, un solo Maestro.

14

Más allá del bien y del mal, dioses celestiales,
en lo más alto del sendero vuelan las águilas,
el universo es de los guerreros inmortales,
si una rama se marchita, será eliminada,
espada en mis manos, otra vez la voz del Amo,
habrá luna roja, los traidores morirán.

15
Conozco esa voz, Judas está en esta liturgia,
las ánimas oscuras se alejan de la lluvia,
alguien cierra la puerta, oraciones iniciales,
velas encendidas, crece la sombra de Judas,
manos unidas, la energía de luz nos cubre,
 “Hitler”, “Hitler”, los espíritus de la Nueva Era,
Judas me ve a los ojos, sonríe, viento fuerte,
las ventanas se agitan, el Amo nos escucha,
las huellas de Judas, sus sandalias en el piso,
se sienta a mi derecha, “Hitler”, “Hitler”, el silencio,
uno de los hermanos nos saluda, ¡Heil, Hitler!,
las manos en la mesa, ojos cerrados, llegó.

16

Las túnicas sagradas de nuestros elegidos,
hermandad eterna, semilla de la Serpiente,
la mesa se eleva, gemidos del más allá,
ellos vienen de la noche, son lenguas de fuego,
no podemos fallar, los frutos están maduros,
varios hermanos gritan, bailan, pierden control,
algunas velas se apagan, tal vez sea el viento,
rito nocturno, espíritus heridos que llegan,
demasiados, quieren venganza, vivir de nuevo,
escupir la sangre de los traidores, venganza,
la voz, velas apagadas, tengo la señal,
no todos son elegidos, las aves hambrientas,
Judas cierra las ventanas, me entrega la daga,
alguien enciende las velas, no tendré piedad.
si es la voluntad del Amo, entonces, morirán.    

17 
 Revolución de Acuario, no olvidar nuestra clave,
códigos, mensajes ocultos, sin corazones,
los enigmas milenarios, llegó la Nueva Era,
el final del noviciado, ángeles de verdad,
la sangre roja tiene que cambiar de color,
no somos poetas borrachos que ya no escriben,
Pedro, Juan, Andrés, Santiago, Felipe, Tomás,
Mateo, Marcos, Tadeo, Simón, Jonás, Lucas,
el espíritu trece, Judas, siempre mirando,
su figura atormentada buscará su cuerpo,
todas las almas solitarias quieren vivir,
las voces que duermen en la casa nos acechan,
la Nueva Era, espíritus violentos que regresan.  
18

El culto a los ángeles desterrados ha vuelto,
la rebelión de los caídos ya se ha iniciado,
 seré elegido: ¡Judas!, será mi nuevo nombre,
la nueva raza resurgirá de las cenizas,
sin espacio en la familia para los siniestros,
usan vino y drogas, como los débiles sucios,
las sillas quedarán frías, esta misma noche,
la Revolución de Acuario será de guerreros,
los idólatras de licores baratos mueren,
Pedro ya se ha tomado una botella completa,
payasos que morirán con esa mueca torpe,
se creen especiales, enfermos miserables,
buscan nuevas sensaciones, yo se las daré.

19

La eternidad nos espera, vidas anteriores,
¡Dios ha muerto!, grité en Alemania a toda voz,
me encerraron en un manicomio para siempre,
traidores de entonces, están sentados aquí,
los mismos gusanos que cantan y toman vino,
viajé cruzando el largo camino de los tiempos,
por fin he llegado, no escaparán esta vez,
alguien abre la ventana, la lluvia es terrible,
dos alas inmensas surgen de las sombras grises,
desdichado destino nos espera esta noche,
los rituales secretos se iniciarán muy pronto,
las píldoras  en la mente, paredes que giran,
encienden luces de colores, se acerca el fin.

20

El ángel caído entra por la ventana azul,
veo la nueva raza de seres superiores,
escucho voces, comienza la prueba de fuego,
una Vieja de ojos perdidos, ¿y quién es esa?,
otro ángel caído acaba de entrar, y me mira,
dice mi nombre, no entiendo nada, esas jeringas,
dos gotas de sangre recorren mi brazo izquierdo.

21  
El vino es tan agradable, alguien llora, es la Vieja,
conjuros purificadores, la danza roja,
la Vieja deja de llorar, no puedo moverme,
mundo de esclavos que lloran un cielo lejano,
no entienden la pureza de este Reino infinito,
son infieles, danzan, se divierten, eso es todo,
antes del amanecer, apagaré sus velas,
cortaré la piel impura, beberé la sangre.

22

Está en el aire, nos invade con su energía,
quiero estirar las manos, aferrarme al destino,
dominar con mi mente la tragedia final,
sentir la emoción de ver los ojos apagados,
pisar la miseria de los que no te merecen,
empezaremos con las semillas de la vida,
cerraré las puertas, no, antes tengo que salir.

23

El Amo es la Conciencia Universal, la Razón,
no existe el bien, todo se transforma con dolor,
subiré a la nueva barca, esta vez sin errores,
el que me siga vivirá, seré su Maestro,
 los más jóvenes me elegirán, sigue la lluvia,
le cortan el cabello a la Vieja, los rituales,
inician la ceremonia, todos al altar.

24

Ellos tienen la culpa, no más borrachos grises,
ni tantas viejas moribundas que nada valen,
el paraíso prometido, la nueva raza,
cruzar los mares sin cruces negras, con espadas,
 las dagas y las espadas, los símbolos nuevos,
la Revolución de Acuario de la gran Serpiente.

25

Siempre estaremos a tu lado, cerca, muy cerca,
seremos tantos, que no entenderás el mensaje,
maestros, choferes, tu novia, novios, amigos,
la Nueva Era está frente a todos, no pueden vernos,
la luz del Amo estará en los espejos del baño,
cuelgan a la Vieja sobre el techo del altar,
veniet Dominus nox, cortan las venas, la sangre,
nada significan esas muertes, no son nada.
   
26

Sangre, vital néctar de los ángeles caídos,
ritos de aves negras, nada más que eso, basura,
la Luz Bella no está conforme, cántaro azul,
no tomaré de ese sacrificio, el corazón,
lo parten en pedazos, como si fuese pan,
las sillas se agitan, se eleva la mesa roja,
danzan como insectos furiosos, están cantando,
los elegidos rodeados de la energía,
dos ojos inmensos como fuego del infierno,
la imagen de Judas se hace presente, su voz,
llenan mi copa, me dan un trozo, todos comen,
hoc est corpus meum, se oye la luz en mi mente,
salimos, la hoguera, quemarán el cuerpo inerte.

27

Píldoras,  viajes astrales, huesos calcinados,
la liturgia terminó, sin grandes emociones,
las voces internas de los ángeles caídos,
esa mirada de la Vieja antes de morir,
las oraciones de Pedro al clavar el puñal,
la copa dorada en mis manos, puerta cerrada,
la fogata en el patio, las voces en mi mente,
la daga escondida en mi bota, raza elegida,
rituales nocturnos, la neblina de colores,
legio nomen mihi est, cuando tomé la copa,
las voces en mi mente, los labios de la Vieja,
ecce ego novi sanguine, sí Amo, sangre nueva.
  
28

Los azares de la cruel tragedia me persiguen,
no existen rejas que me alejen de la misión,
baños de agua fría, Dios, lo van a lamentar,
este manicomio rodeado de animales,
no creerán que todo terminó, perdedores,
volveré a grita, Dios ha muerto, ya lo verán,
la última noche de la hermandad, los elegidos,
sangre de la Vieja en mis zapatos, mi cabeza,
tuvimos que esperar la próxima luna llena,
cambiamos de lugar, la cabaña de las olas,
la cercanía del mar, lejos de la ciudad,
la liturgia especial, dos sacrificios humanos,
bueno, ellos no lo saben, llevarán otra vieja.

29

La última oportunidad, hoy tengo que lograrlo,
libros esotéricos, oraciones secretas,
la Luz Bella se apodera de mi mente enferma,
así me dijeron los hombres de batas blancas,
pobre débiles, yo soy la Luz Bella, lo soy,
llegué temprano,  arreglé las sillas y las velas,
coloqué las copas, escondí catorce dagas,
el cántaro mágico sobre la mesa azul,
la cuerda atada en el techo de la sala negra,
las jeringas, casi se me olvidan, todas listas,
Liturgia magicae nigrae, sobran libros,
la ventana se abre, el viento frío de la noche,
un auto llega, Pedro, Juan, Santiago, ¡saludos!,
 ansiedad de las aves negras, la noche empieza.

30

Sociedades secretas, astrólogos eternos,
ciencia del bien y del mal, árbol original,
la Serpiente vuelve a nosotros, sombra del mal,
la danza circular de los ángeles caídos,
llegan los hermanos, las sillas están completas,
al principio la Tierra estaba vacía, sombras,
 desolación cubría los abismos profundos,
 Serpiente en el desierto, silencio, soledad,
sin flores, ni cielo, el caos total del infierno,
se hizo la Luz, los ángeles rebeldes cayeron,
el firmamento arriba, el fuego bajo las aguas,
bien y mal, todo es un caos, sin sentido pleno,
otra víctima sin alma, Pedro es un traidor.

31

La suerte de los miserables, deben morir,
la voz entre las palmeras, aves y gusanos,
inyectan a la víctima de esta noche oscura,
el pobre sonríe, su último vuelo dorado,
lo cuelgan de los brazos, ya no sonríe tanto,
traen esa vasija de barro, la de siempre.

32

Las aves bajan de los árboles, dejan huellas,
moscas hambrientas, roedores, miles de insectos,
la furia del mar, ángeles tristes que se acercan,
las voces en mi mente, los sin almas llegaron,
serán como dioses, la misma Serpiente azul,
los elegidos escuchamos su frágil voz,
cortan el pescuezo del gallo, encienden las velas,
la sangre en los rostros, túnicas negras, la muerte,
esta liturgia será inolvidable, lo juro. 


33

El círculo, noche triste, desafortunada,
estas enfermeras me bañan con agua fría,
plumas negras de las carcajadas moribundas,
atado a la cama de la clínica de paz,
no me conocen, o morirían de terror,
la demencia en cada pasillo, inyectan mis brazos.

34

Sangre en mi copa, lágrimas de aves inocentes,
desnudo en este piso, ya traen ropa blanca,
los pájaros nocturnos devoraban insectos,
Felipe, Marcos, Jonás, Lucas, sé que están vivos,
vengan, duerman conmigo en este piso del baño,
 los himnos sagrados, “libera animan meam”,
los traidores  seguirán huyendo de mis ojos,
no estaré para siempre en estas celdas azules.

35

El tormento de la víctima antes de morir,
cortaron sus tendones, una gota, otra gota,
“Ven, Señor no tardes”, el sonido en la vasija,
ojo abierto, la navaja de Pedro, otra gota,
sirven vino, Jonás recita hechizos de muerte,
abre los dos ojos, luego, un corte en las axilas,
las aves negras se acercan, Judas a mi lado.

36

El anillo sobre la luna, giran las nubes,
nos cambiamos de ropa, túnicas especiales,
las rejas, esta cama, dormir con batas blancas,
los espíritus me llama, tengo que escapar,
la víctima desnuda, la hacen girar, el gallo,
cierra los ojos, ya caen las últimas gotas.
  
37

Este paraíso perdido nos pertenece,
sangre de vagabundos en vasos de oro fino,
algo no funciona en estas liturgias nocturnas,
drogas, licor, asesinatos, danzas, locuras,
la astuta Serpiente del Edén no está conforme,
el borracho enfermo no termina de morirse,
esta secuencia de eventos tiene que parar,
la Nueva Era necesita sangre de corderos,
bajan el cuerpo, lo arrojan al patio del fondo.

38

Llegarán los días de los corderos azules,
Lucas trae otro borracho, lo atan a una silla,
esta noche rodarán las copas como nunca,
llega en un auto negro, el invitado de honor,
extraño sacerdote sagrado del infierno,
mira fijamente, todos besan un anillo,
entra al cuarto, túnica dorada, corta el cuello,
muerte a los traidores, me ofrece la copa, bebo.


39

La noche es un mar espiritual de sombras negras,
en cada locura los rituales te persiguen,
sientes que las presencias están ahí, muy cerca,
respiran a tu lado, desde que eras un niño,
te enseñaron a ignorar los ojos en el techo,
los caminantes sin rostros llegan cada noche,
no se ahuyentan con imágenes de madera,
ni con oraciones a crucifijos que cuelgan,
ellos quieren tus ojos, volver a respirar,
los lamentos que escuchas a lo lejos, son ellos.

40

En las esferas espirituales no entran todos,
el traidor que se desangra en la silla se irá,
él será uno de esos errantes que se lamenta,
como dicen estará penando eternamente,
por eso ellos tocan tus pies, quieren tu calor,
son basuras atrapadas, no mueren, no viven.

41

El vino sagrado de los dioses en las copas,
el círculo de energía, silencios que giran,
los rostros se hacen lejanos, licor en mi vaso,
casi no puedo ver, vuelven las sombras nocturnas,
qué me pasa, no puedo escuchar, dónde están todos,
el cadáver se levanta de la silla azul,
la botella de licor, la noche sin estrellas.

42

El Gran Maestro se despide, escucho su voz,
cantan aves marinas, el sol en la ventana,
las trece sillas vacías, no sé qué me pasa,
vino, licor, el mundo real, la fantasía,
rastros de sangre en el piso, la mesa, mis manos,
otra vez la tierra del patio está removida,
las túnicas arrojadas, una pala sucia,
el jardín en silencio, duermen los elegidos.  
43

Las blancas presencias están en cada rincón,
ellos nos persiguen siempre, no descansan nunca,
tocan la puerta, te hablan de extrañas religiones,
al caminar por las calles del pueblo, te miran,
puedo descubrir los pensamientos más perversos,
nadie puede ocultar sus intenciones malignas,
sé lo que piensa cada miembro de la Hermandad.

44

Los espíritus errantes entran a mi mente,
puedo sentir la frescura de la primavera,
las flores nuevas de mi jardín son tan hermosas,
 aves devoran gusanos, tierra removida,
cuatro botellas vacías, se acerca el final,
la gente dice cosas, ellos me miran, ríen,
si supieran, jamás se robarían mis flores.

45
Mi casa es una vieja cantina abandonada,
quedan algunas sillas y tres mesas redondas,
aquí crecí, sirviendo cervezas y licores,
ellos dicen que me bebí todas las botellas,
estas cuatros paredes esconden mis secretos,
la casa al lado del bar, muy sencilla, un jardín,
cerré las puertas, no más cervezas, ni licores.

46

Libros, conferencias, reuniones, los elegidos,
el hombre nuevo, espiritual, errantes perdidos,
vivo solo, atrapado entre las voces extrañas,
no tengo amigos en este pueblo solitario,
vengo de lejos, más allá del viento, del mar,
la vieja cantina, las sillas, las mesas sucias,
mi padre en el piso, me escondí, escucho disparos,
demasiado terror, mi padre cerró los ojos,
silencio, lo colgaron, y su cuerpo giraba,
nadie me ayudó a bajarlo, sangre en los zapatos
nadie me ayudó a bajarlo, sangre en el jardín.

47

Esa noche, la lluvia, las ventanas cerradas,
una borrachera nocturna, sin importancia,
 se montó sobre la mesa, las cuerdas, un trago,
 mirada perdida, su cuello, la cuerda negra,
 la tormenta infernal, una centella, sus ojos,
los extraños que entraron, lo ataron a la silla,
recuerdo cada rostro, los doce, el Gran Maestro.

48

Dispararon a las dos rodillas de mi padre,
al llegar el Gran Maestro, “muerte a los traidores”,
 que mueran los traidores, la lluvia, lo colgaron,
se fueron en perfecto orden, no puedo olvidar,
él estuvo ahí, colgando hasta el amanecer,
todavía siguen en mi mente, doce túnicas,
   a veces la Hermandad se reúne en este bar,
 la mismas cuerdas, las mismas sillas, el jardín.

49

Llegaron los doce, en Gran Maestro, muchas aves,
una brisa nocturna dejaba su mensaje,
mi noche de venganza al fin había llegado,
Pedro dirigió la liturgia de la Hermandad,
Luz Bella, amo del placer oscuro de la carne.
Luz Bella, señor de los placeres de la sangre.
Ángel arrojado al mundo, ilumina a tus siervos.
Te adoramos, te esperamos, Señor de la noche.
Ven energía vital del gozo y del placer.
Fortalece el deseo de venganza infernal.
Señor de la guerra, danos siempre la victoria.
Amo, danos el sagrado placer de vengarte.
Tú, que amas a tus elegidos, ven a nosotros.
Ven a tus fieles, ilumínanos con tu luz.
 Amo de los siglos, danos el éxito, amén.

50

Después de las invocaciones, calma total,
algo extraño comenzó a pasar entre nosotros,
respiración lenta, una llama azul en el piso,
lágrimas, delirio, como ríos agitados,
fuerza en cada palabra, deseos de gritar,
subir las paredes, como hijos de la Serpiente.

51

El universo, energía, radical y pura,
la luz  intensa, la paz llegó sin avisar,
de pronto, una brisa extraña nos enmudeció,  
luego, en la silla número trece, esa figura,
apareció lo que parecía una silueta,
una presencia oscura, sin forma definida,
 ojos de un azul intenso, fuera de este mundo,
tenía mirada de fuego, era la Luz Bella,
la noche sin retorno, las cuerdas en mis manos,
llegó la hora del juicio, ellos morirán, lo juro.

52

Las últimas horas de la Hermandad, el final,
batalla de aguas oscuras, la debilidad,
el miedo a la muerte que nunca nos abandona,
esa Nada que asecha de noche, nos persigue,
las sombras de los extraños que jamás regresan,
reconozco esos ojos, los mismos cada noche,
misión secreta revelada en sueños azules,
los pasos de los insectos, voces que perturban.

53

La Bestia de Luz grita sin cesar, le tememos,
miles de sombras negras giran sobre nosotros,
aves hambrientas aparecen en las ventanas,
las luces se apagan, solamente su mirada,
un cuerpo da vueltas en la oscuridad eterna,
sirven vino, la Bestia dice algunas plegarias,
la misión sagrada, no me olvidarán, lo juro.

54

Tardé dos horas en cumplir la misión secreta,
fue más difícil de lo planeado, terrible,
la sangre en todo mi rostro, tengo que llegar,
las balas me  perforaron la oreja derecha.
sangre en todo mi cuerpo, armas, gritos, llegaré,
las aves giran y giran, desean mi carne,
la  muerte es el manjar de los ángeles caídos,
llevo en mis manos todas las ofrendas prohibidas.

55

Tanta gente, uniformes, sirenas, balas, humo,
 muy cerca, las rejas están abiertas,  llegué,
abrí la puerta del auto, “¡mi hijo no, maldito!”.
 “¡maldito perro, suelta al niño!”, “¡maldito loco!”.
Las balas y el humo llenaron todo el ambiente,
 perdí la luz, algo había quemado mi pecho,
alaridos de los traidores muertos, me arrastran,
demasiada tierra en mis zapatos, el jardín.

56

Como una pesadilla,  no cumplí la misión,
 poco importa, todos me acusan de varias muertes,
llevan años buscando cadáveres ocultos
buscan en el jardín, flores, tierra, nada más,
dónde están todos los cuerpos, los encontraremos.
Noche de voces, la Bestia, la misión secreta,
gritos, mujeres llorando, no recuerdo bien.

57

Las  cuerdas, si las encuentran, me descubrirían,
 sé que no todos han muerto, los encontraré,
yo borraré todas las huellas de la Hermandad,
sé que mi padre no se ahorcó, no lo maté,
fueron ellos, los doce, el Gran Maestro, lo sé,
nadie me ayudó a bajarlo, todos morirán,
yo no lo maté, yo no lo colgué, fueron ellos.