NEBLINAS
1
Tus ojos aterrados en el retrovisor,
una jeringa ensangrentada en la
papelera,
digo la verdad, nunca imaginé mi
destino,
arrojado en esta cama, entre el limbo
y el infierno,
vendrás a mí y las aves se comerán tu
carne.
2
La tormenta,
cristales rotos sobre mi cuerpo,
naufragio de
gritos solitarios que no existen,
burbujas sin
nombres que navegan en las nubes,
se apagan las
flores en el temblor de la noche,
se abren las
cavernas profundas del inconsciente,
las moscas
verdes entran y salen de mis labios,
dedos
extendidos que se niegan a morir,
me arrastran al abismo,
me hundo, por Dios, auxilio.
3
Insectos que
se aferran a la piel de mis manos,
la tierra
seca, estas hormigas en mi garganta,
vagas
figuras se desvanecen a lo lejos,
llega este silencio cruel, no puedo respirar,
sujetan mis manos, me atrapan, comen las aves,
desgarran la sangre de mis venas, mis rodillas,
necesito ayuda, las bestias muerden mi cuerpo,
nadie me escucha, ya no puedo moverme, ayúdenme.
4
Esta neblina
sin flores, tan calmada, fría,
aquel volante
de los dioses, el ruido seco,
silencio
cómplice de los árboles nocturnos,
las voces
errantes se burlan de mi tragedia,
muecas
mágicas surgen de los cristales rotos,
no pude ver,
el ruido infernal, una y mil veces,
turbio fondo
de una vida sin destino cierto,
la imagen del
sepulcro se queda para siempre.
5
Qué me puede
importar esta angustia religiosa,
testigos
errantes que me esperan a tu lado,
la Vieja me
habla al oído, no puedo escuchar,
caigo sin
cesar en un río de fango verde,
la Vieja
cubre mi cuerpo con un manto blanco,
viajo en
medio de un ritual de murmullos azules,
la Vieja me
hace dormir, la almohada en mi boca,
me atormentan
los ojos malignos de la Bruja.
6
Soledad de
gusanos amarillos y sucios,
la primera
noche de ojos ciegos que se pudren,
la esperanza
religiosa hundida en el pantano,
el silencio
eterno de los dioses que nos miran,
la Vieja
camina sobre mi cuerpo desnudo,
tú tienes que
ayudarme, por favor, no te vayas,
la soledad me
agobia, busco a la Vieja Bruja,
alguien
empuja mi cuerpo, Dios, el barro sucio,
mis piernas
se las llevan, mis ojos, no se duerman.
7
Aves
horribles en el borde de la ventana,
humo de
tabaco en esas miradas perdidas,
caminan,
están aquí, el polvo llega a mis ojos,
no logro
mover mis labios, quiero abrir las manos,
mis recuerdos
se hunden, como una piedra en el lodo,
las sombras
grises están cerca de las paredes,
el humo, los
delirios, no puedo respirar.
8
Comienzan los
rituales nocturnos de la Vieja,
sangre en el
piso, una alondra muerta, sin cabeza,
los gritos
delirantes, una danza diabólica,
acuestan a un
inocente, por Dios, está muerto,
esperen,
apenas respira, cortan un dedo,
todos gritan,
ya no respira, cubren el cuerpo,
¿no me
creen?, esta noche verán el cadáver.
9
Soy la inútil
plegaria entre las sombras nocturnas,
el clamor
lejano de las almas condenadas,
la última
morada de los muñecos sin rostros,
la Vieja
inyecta el cuerpo inerte del hombre muerto,
se mueve, los
ojos rojos se abren lentamente,
estira los
dedos, los murmullos se aceleran,
se levanta,
abre la puerta, se pierde en la noche.
10
Alguien
enciende una luz, cierran la puerta negra,
otro cuerpo
húmedo, lo colocan a mi lado,
deja de
moverse, las manos quietas, silencio.
La Vieja se
cubre el rostro, besa una figura,
no puedo ver
sus manos, ¡Dios mío, una jeringa!,
mi cuerpo no
existe, se lo comieron las ratas,
ya sólo
quedan algunos huesos en el barro,
la Vieja inyecta mi brazo, tengo mucho sueño.
11
La voz de fuego se detiene en mi pensamiento,
el humo de la Nada cruza mis pesadillas:
“Poderosa Presencia de los caminos verdes,
Tú, Espíritu Guía de las Ánimas perdidas,
te pedimos suplicantes, nosotros tus hijos,
que guíes también nuestras plegarias, te rogamos”,
qué soy realmente, una triste mentira que flota,
quiero salir de esta tumba, abrir la puerta negra,
escapar de la neblina, de este humo, ser libre.
12
Ellos miran el rostro mágico de un despojo,
la náusea me invade, mientras crece el dolor,
una franja de agua amarilla llega a mi cuello,
de mis sueños surgen alas negras que se pudren,
puedo mirar a través del alma de la Vieja,
hablar con su boca, pensar con su mente enferma,
deambulo atrapado en sus rituales perversos,
Ella me conecta con esos cuerpos dormidos,
jeringas en el piso, se van, cierran la puerta.
13
El Extraño no ha muerto del todo, puede hablar,
su mirada es oscura, sin lágrimas reales,
camina cerca de la Vieja, fuman tabacos,
se arrodillan, alguien pintó un retrato sin forma,
puedo sentir voces, como si quisieran algo,
la Vieja sienta al Extraño en la silla de ruedas,
dicen oraciones sin sentido, algunos lloran,
los espíritus se apoderarán de los cuerpos,
otra noche de bailes tontos, ¡esos tabacos!
14
El Extraño se levanta, camina despacio,
esa Vieja dice mi nombre miles de
veces,
de su boca: “Soy yo, el Espíritu del Camino”.
No puedo controlar mis pensamientos profundos,
una fuerza espiritual consume mis entrañas,
estoy dentro del cuerpo inerte de la Vieja, y hablo,
puedo mirar el rostro maligno de esa Bruja,
los hermanos besan mis manos, los de la Vieja.
15
Mi Nada se
desvanece en las olas del mar,
las voces
se duermen sobre barcas moribundas,
mentiras que
surgen de los labios de la Vieja,
me aferro al
absurdo de esta Nada que nos llega,
la soledad
carcome mis ojos y mi mente,
no esperen
mi silencio, me invocarán de noche.
16
Soy
miseria arrojada al abismo de esa Nada,
no hay
luces, ni rostros conocidos, soledad,
un horrible
sonido cerca de mis recuerdos,
un dolor
mortal detrás de mis ojos, las sombras,
insectos
dentro de mi boca, la Vieja Bruja,
arrojan
insectos, pétalos, fotos de enfermos,
qué esperan
de huesos y de velas que se apagan.
17
Mis
“hermanos” partirán como aves religiosas,
mentes enfermas que pronto se irán con sus miedos,
tú tienes las
mismas miserias que te atormentan,
no teman,
pronuncien mi nombre, me sentirán,
el humo
blanco se hunde en la boca de la Vieja,
alguien
llora, sus pasos son como olas vacías,
no
tengo cuerpo, sólo quedan pedazos de uñas,
un
trozo de hueso cubierto de este barro húmedo.
18
Las
sombras se alejan, la Vieja se va con
ellos,
el Extraño ha
quedado solo, ya no sonríe,
saca del
bolso mágico una daga dorada,
un golpe, la
sangre del animal en el piso,
Dios, la daga
ensangrentada, las alas de un ave,
la sangre
fresca calma el delirio de los dioses,
el Extraño
viste de blanco, corta mis venas,
la sangre me
cubre todo el rostro, no respiro,
el Extraño se
va, la sangre seca en mi piel.
19
La carretera
en mi locura, siento tanto odio,
alguien
grita, no veo a nadie, es una presencia,
nada
especial, un profundo dolor en el pecho,
un terror que
termina, me elevo, caigo al suelo,
vueltas,
gritos, vueltas, la lluvia, caigo a la Nada,
sigue el
terror, inquietantes murmullos que giran,
¿escuchan
pasos?, tranquilo, ellos no te harán daño,
los errantes
no te conocen, sigue leyendo,
el Extraño
regresa con las cuatro cabezas,
“norte, sur,
este, oeste, te compro con la sangre”
dos puntos
rojos en mis brazos, todo se apaga.
20
Aquí todo es
un punto rojo, plumas, despojos,
y las sombras
esperan que regrese la Vieja,
el Extraño
siempre está sentado en la capilla,
se queda en
el rincón más lejano, me vigila,
escaparé,
como el viento suave en la escalera,
tal vez logre
empujar la ventana de tu cuarto,
tranquilo, es
el viento, luego la cerraré, ¿me oyes?,
acabo de
entrar, lees páginas olvidadas,
¿no puedes
verme?, nada importa, sigue leyendo.
21
Trato de
mover un dedo, una pestaña, nada,
tengo
recuerdos blancos que van y vienen siempre,
están
adentro, conmigo, cada día, siempre,
estoy vivo,
lo sé, sin moverme de este charco,
no logro ver
ningún rostro, siento formas largas,
imposibles de
atrapar, sólo espero el final,
cruzar los senderos tenebrosos del infierno,
tienes
miedos, los ruidos debajo de la cama,
debo escapar,
salgo y regreso, tendré que huir,
desaparecer,
sí, que los gusanos terminen.
22
Insectos
destruyen mi cuello y muerden mi piel,
puedo ver la
blancura de un techo que está ahí,
los ojos
inquietos no se apartan de ese techo,
cuatro manos
sombrías desgarran mi garganta,
trato de
respirar, no puedo, viene la Vieja,
el Extraño le
entrega la vara de los duendes,
la Vieja
entra al cuarto de las reliquias malignas,
el cuerpo
inerte se agita, no quiero morir,
cuando no
haya carne, ni huesos, seré energía.
23
Llego a la orilla de
la muerte, sólo gusanos,
los espíritus se
acercan, crecen y se alejan,
muñecos de colores que
flotan en silencio,
pasan frente a mí,
como seres que ya no existen,
parece un sueño
imaginado, no se detienen,
las figuras me
asustan, no duermo en este mundo,
algo toca uno de mis
dedos, siguen comiendo,
vuelvo a la humedad,
a los círculos de mi mente.
24
Aquí no sufro, cercado
por mi espejo rojo,
cierro los ojos y ahí
están, no se van muy lejos,
presencias que flotan
a mi lado, no se van,
estaban conmigo cuando
fallaron los frenos,
despertaron con los
gritos, flotan a mi lado,
quieren entrar a tus
sueños, flotaré a tu lado,
moveré las lámparas, y
dirás que es el viento,
apaga la luz, y espera
un poco, me verás.
25
El silencio cósmico invadía mis sentidos,
deseos apagados se ocultan para siempre,
el vidrio opaco, la oscuridad, dormir
cansado,
la Nada deseada como final de todo,
volar, cerrar los ojos, y no volver jamás,
dormir siempre, sin temor, sin historias
amargas,
sin tanto temores, desaparecer sin
nombres,
como las voces de los errantes de la
noche,
tristes lamentos de los que nunca
volverán.
26
Las garras repugnantes
rozan toda mi espalda,
la Vieja puede
alejarlos con el humo blanco,
quieren entrar en mis
sentidos y respirar,
regresar de la tumba,
del sueño sin retorno,
roban el calor de tu
cuerpo, viven en ti,
ellos entran a tu
mente, memoria, deseos,
cuando te rindas, y
duermas, verás muchos rostros,
despertarás cansado,
una pesadilla más,
la luna entre las
nubes, ese frío mortal,
las voces en la
oscuridad del cuarto, son ellos.
27
Ahora soy la sombra
perdida en la neblina,
nunca me alejo de
aquellos escombros podridos,
la mano, algunos
dientes, cabellos, suciedad,
sin embargo, yo nunca
me aparto de mis huesos,
no hay ese descanso
eterno, nadie duerme jamás,
una de esas falsas que
nos cuentan los ancianos,
aquí hay barro y
siento el frío eterno, gusanos,
pero no hay paz, sólo
barro y humo, la humedad.
28
Las sombras circulan como la muerte sin alas,
moscas que giran y
aves negras que me desgarran,
súplicas de enfermos,
me atormentan, quiero paz,
dormir el sueño eterno
entre las nubes del cielo,
no volver a sentir el
perfume de la Vieja,
me gustaría dormir
debajo de tu cama,
escapar de la Vieja,
esconderme en tus espejos,
tú sabes, ser parte de
tu día, respirar,
el espejo del auto, me
verás ahí, lo sé.
29
Quiero tocar la frescura de las flores
blancas,
volver, sólo eso, una segunda oportunidad,
escapar de esta neblina y comenzar de
nuevo,
sentir el sol en cada instante de mi piel,
beber agua lentamente, y mirarme al
espejo,
tú eres la única oportunidad, sigue
leyendo,
tus ojos, estás muy cansado, debes dormir.
30
Apenas puedo llegar a la capilla blanca,
la que lleva mi nombre, “ánima de la
neblina”,
una rana sin ojos sube por la ventana,
dos sombras cabalgan sobre esas flores marchitas,
alguien olvidó dos cruces de palmas
benditas,
abren la puerta, algunas voces, entra la
Vieja,
ya comienza la algarabía de los fanáticos,
la magia oscura, adoran el poder de la
muerte,
todos temen morir, tú también, pero no
ahora,
necesito que vivas, que sueñes con los
muertos.
31
Ratas en mis dedos, los gusanos en
mi cara,
puedo ver las pequeñas marcas de los
colmillos,
nunca terminan, ya poco importan los
gusanos,
logro escuchar el ruidos de motores, no
sé,
llegan recuerdos que giran y caen al
suelo,
y ese grito “no, no lo hagas”, una puerta
abierta,
los giros, el agua, la lluvia, y este
barro verde.
32
Tú también puedes ver esa neblina
nocturna,
olor a tabaco, los hermanos y la
Vieja,
estás aquí, tu mente, pueda sentirla aquí,
recuerdos llegan y se van, olor a
tabaco,
abren otra puerta y una luz toca mi
silencio,
la luz nunca llega a
mis entrañas, soy un cadáver,
un dedo de mi pies
sigue bajo el fango azul,
le rezan a pocos huesos podridos que se hunden.
33
Me acostumbré a sentir las profundidades
húmedas,
las aves negras desgarraban toda la
sangre,
no quedaba ser, sólo la ansiedad de los
muertos,
en mi lecho crecen las angustias
cada día,
ver mi rostro desde el aire, una imagen
ajena,
la esencia se perdía en el pantano
asqueroso,
el reloj repetía sin cesar mis recuerdos,
no se detiene, aquí nunca hay paz, es el
infierno.
34
La muerte es lenta, por capas, no termina
nunca,
tres años muriendo, siguen los huesos, las
uñas,
al final queda el cabello, los dientes, la
sangre,
la carne se mezcla con el barro para
siempre,
cada célula que muere, me hace más
liviano,
volar, desaparecer sin poder evitarlo,
la Nada se acerca a las ventanas, es una
luz,
las imágenes se desvanecen, todo flota,
rostros deformes, llega el silencio de los
muertos.
35
Crecía la semilla en mi locura profunda,
nació como los delirios de una mente enferma,
ya no sentía dolor, ni placer, sólo sueño,
soledad absoluta, miles de ojos que giran,
seres que te hablan y no escuchas, voces oscuras,
dicen mi nombre, me arrastran, trato de resistir,
no estaré aquí para siempre, cruzaré la luz,
luego seré el ánima errante de la neblina.
36
Alguien toca
mis cabellos, puedo sentir algo,
como si algún
demonio me estuviese llamando,
pero al abrir los
ojos, sólo está ella, la Vieja,
abrirá mi vientre
frágil, escupirá sangre,
dormiré atormentado
por su magia, lo sé,
por eso necesito que
me escuches, ¿me entiendes?,
necesito tu masa
corporal, caminar,
tocar con tus dedos
el calor de los rosales,
luego, buscaré otros
cuerpos, y seré un errante.
37
El Extraño
cierra los ojos de un cuerpo sucio,
sangran las
luces de las velas, miran mi foto,
recuerdo el
perfume de una mujer de ojos grandes.
la sombra
marchita sale de ese cuerpo y flota,
ya casi puedo
mover un dedo, no lo entiendo,
me cuesta volver a mi cuerpo, qué está pasando,
alguien sostiene mis manos, no quiero dormir,
muevo mis dedos, la Vieja, jeringas, mis manos,
imágenes que se acercan, un cuerpo a mi lado,
no se vayan, sé que están aquí, muevo mis dedos.
38
La lluvia
entra por la ventana, siento el aroma,
un dolor
recorre las paredes de la noche,
voces de
otras dimensiones, son los dedos largos,
dos ojos
negros en el borde de la ventana,
del otro
lado, en la oscuridad veo esos dedos,
hay alguien
del otro lado de la ventana azul,
tiene ojos
negros, y la mirada sin destellos,
tal vez sea
el Otro, claro, el muerto que flotaba,
el cadáver
que arrojaron al abismo oscuro,
se burlaban
de las vueltas que daba ese cuerpo.
39
La sangre está en el
piso, los hermanos se burlan,
risas infernales de
los hijos de la muerte,
cuerpos que descansan
a mi lado, los conectan,
son energía,
electricidad, y los desechan,
basuras arrojadas al
fondo del infierno,
de eso se trata,
encontrar el camino final,
la Vieja quiere
conocer todos los secretos,
probar la fruta
satánica del bien y del mal,
yo sólo quiero
regresar, y lo haré, lo juro.
40
Ahora soy un
clamor desgarrado, un duende verde,
a quien
iluminan con oraciones y velas,
no elegí
rodar por los senderos, fue la lluvia,
la oscuridad
inmensa de la noche fatal,
es una locura
estar hundido en este barro,
atrapado para
siempre como los gusanos,
cuando me
elevo puedo ver una imagen gris,
casi puedo
sentir la energía de otro cuerpo,
una intensa
angustia, tengo miedo, algo pasa,
la Vieja no
es la misma, demasiadas jeringas,
puedo ver una
luz brillante, me inyectan, me hundo.
41
Un pañuelo,
dos mariposas en el rincón,
la lluvia
entra por la ventana, siento el aroma,
un dolor
recorre las paredes de la noche,
voces de
otras dimensiones, son los dedos largos,
dos ojos
negros en el borde de la ventana,
del otro
lado, en la oscuridad veo esos dedos,
hay alguien
del otro lado de la ventana azul,
tiene ojos
negros, y la mirada sin destellos,
tal vez sea
el Otro, claro, el muerto que flotaba,
el cadáver
que arrojaron al abismo oscuro,
se burlaban
de las vueltas que daba ese cuerpo.
42
La sangre está en el
piso, los hermanos se burlan,
risas infernales de
los hijos de la muerte,
cuerpos que descansan
a mi lado, los conectan,
son energía,
electricidad, y los desechan,
basuras arrojadas al
fondo del infierno,
de eso se trata,
encontrar el camino final,
quieren despejar las
dudas profundas y eternas,
un cuerpo sin rostro,
perdido en la oscuridad,
volver de la muerte,
las jeringas en mi piel,
el otro abre los
ojos, puedo ver la neblina,
respiro, abro mis
ojos, es hermosa la luz.
43
No elegí
rodar por los senderos, fue la lluvia,
la oscuridad
inmensa de la noche fatal,
es una locura
estar hundido en este barro,
nada importan
los gemidos terribles del viento,
la Vieja se
acerca, abre la puerta, no hay salida,
la Vieja me
toca, puedo sentir sus temores,
mis ojos, la
Vieja, parece que estoy despertando,
esa luz, la
sangre es cálida, qué está pasando.
44
Cuando llegan
los fieles se ilumina la sangre,
puedo vivir
en cualquier alma, en la mente de ellos,
entraré a
robar la energía de cada enfermo,
tal vez, de
eso se trata, siempre estoy en el espejo,
ya no tengo
límites, nadie puede ocultarse,
Ella lo sabe,
sus ojos no mienten, se apaga,
sé que muere,
la magia no perdona jamás,
pero sin
Ella, lo poco que tengo se irá.
45
Ella me
conecta a las energías nocturnas,
luego, puedo
llorar a través de sus tristezas,
puedo leer la
mente de los hermanos verdes,
si la Vieja
se va, todo vuelve a ser como antes,
un despojo
olvidado, arrojado en una cama,
un cuerpo sin
esperanzas que apenas respira,
pétalos
arrojados a la orilla del mar,
mi barca se
irá contigo, más allá del fuego,
no te
soporto, a lo mejor me quedo, ya basta,
me cansé de
ver tu vida vacía, perdida,
por eso fui a
la montaña, me hundí en la neblina,
tu rostro en
el espejo, la jeringa, recuerdos.
46
Las
flores, las fragancias del pasado vivido,
ya no escucho
el reloj, toco la arena sin olas,
sólo lloran
las voces lejanas de los otros,
duermo
rodeado de la neblina nocturna,
las voces
hicieron una capilla en mi nombre,
en la puerta
gris colgaron la imagen oscura,
un rostro con
sombrero, ese no soy yo, por Dios,
como si fuese
la visión de un ángel perdido.
47
Otra puerta
negra detrás del altar oscuro,
la entrada al
abismo, el silencio total, silencio,
se han ido
los gusanos, las moscas y las aves,
alguien trata
de armar mi cuerpo con hilos verdes,
parezco un
muñeco de trapo, clavan la aguja,
las manos
ensangrentadas, morirán conmigo,
están en mi
mente, en mi cama, están en mis sueños,
se irán en la
barca, no escaparán esta vez,
claro, vendrá
la Vieja, los cuerpos conectados,
los tres
seremos rocas lanzadas al abismo,
la misma
canción de aquella noche de neblinas.
48
El barro se
agrieta, los gusanos verdes mueren,
el
dolor, la Vieja bruja llora como nunca,
la carretera
inclinada, la montaña inmensa,
la neblina
siniestra que siempre nos rodea,
el barro en
el fondo, muchas culpas en mi mente,
la Vieja no
quiere hacerlo, tres años conmigo,
me ha
cuidado, Ella reza por mí, Ella no lo hará,
Ella no
quitará las sábanas, lo hará el Otro.
49
Recuerdo el
accidente, mi dolor de cabeza,
el Extraño
quita los gusanos de mis dedos,
el sueño es
vago, todos se van, la Vieja llora,
esconde el
cuerpo, la esencia eterna sobrevive,
siempre es la
misma tragedia, la vida y la muerte,
viviremos el
mismo final, se irán conmigo,
sin jeringas,
con mucho sueño, sin los rencores,
no habrá
música a todo volumen, como ayer.
50
Tus ojos en
el retrovisor, la Vieja grita,
¿recuerdas?,
querías abrir la puerta, ¿recuerdas?,
quedé solo,
de pronto, la Vieja y los hermanos,
mis dedos en
el fondo de este maldito barro,
escaparé de
esta cama, sabrán que estoy vivo.
La mirada del Extraño clavada en mi
frente,
siempre me conectaba a la luz de las paredes,
vulgar títere adornado con túnicas blancas,
llevaron un cadáver al fuego, no era
yo,
era otro
despojo atado a los cables oscuros,
la luz se
acerca, “si respira, despertará”.
51
La Vieja bruja se apoderó de mi cadáver,
nadie sabe el secreto de la capilla blanca,
la idea de comunicar la vida y la muerte,
vida con toda su energía en estado puro,
demostrar que el universo es uno, vida y muerte,
sin dioses, sin infiernos, electrones
sin formas,
sólo materia en evolución, el
universo.
Cables en mi cuerpo, me conectan a un cadáver,
el inerte logra mover los labios, ¿qué ocurre?,
me desconectan, él sigue moviendo los labios,
uno, dos, veinte segundos, los labios cerrados.
52
Los ojos en la neblina, siempre el accidente,
la escalera y las ratas que arrancaban la carne,
mi cabeza lejos de mi cuerpo carcomido,
el Extraño vestido de blanco me miraba,
después de miles de giros, desperté en la cama,
recuerdo cosas, pero a veces, veo una cama,
puedo mirar un cuerpo dormido en una cama,
la cama tiene ruedas, botellas que palpitan.
53
La Vieja está vestida de blanco, sin tabacos,
levanta una de mis manos, la aguja de sal,
abren mis ojos, la luz en mi suave retina,
en la otra cama, un cadáver, intento fallido,
los segundos no bastan, alguien despertará,
yo tengo que entrar a tu cuerpo, de eso se trata,
¿entiendes?, seremos uno, la Vieja lo hará.
54
Me elevo un poco, un cuerpo arrojado en una cama,
respiraba, aparatos médicos, respiraba,
un cuarto oscuro, una pequeña puerta muy negra,
del otro lado “los hermanos”, y la capilla,
soy la conexión entre los muertos y la Vieja,
la Vieja bruja, y el Extraño me ataron aquí,
un personaje sin nombre, tan pálido, atado.
55
Y me mantenían entre la vida y la muerte,
eso a nadie se le había ocurrido, sólo a Ellos,
la Vieja y el Extraño, son los nazis infernales,
los “hermanos” traen cuerpos inertes, cadáveres,
te trajeron a ti, un cadáver, nos unirán,
una Vieja que fuma tabacos nos conecta,
esto parece una locura, estoy despertando,
quieren quemar el cuerpo, la cama, la capilla,
arrojar los pedazos al abismo profundo,
que se lo coman las ratas y se hunda en el barro,
pocos segundos
bastarán, y será el final.
56
No, la Vieja no dejará mi cuerpo en el barro,
vivo en “coma”, respiro y espero cualquier cadáver,
inyectarán mi cabeza, ya comienza el sueño,
puedo ver la carretera, la montaña fría,
la horrible neblina, la tristeza de las aves,
las moscas sobre mis dedos, las ratas hambrientas,
las estrellas, el cielo iluminado, me duermo,
veo la cama con ruedas en medio del cuarto,
vida, muerte, las ratas se comen los despojos,
la Vieja a mi lado, todo vuelve a ser como antes,
tu ojos miran con terror el final del abismo.
57
Este será mi eterno destino, agujas sucias,
una mente dormida, sólo energía pura,
volver de la muerte, conocer la oscuridad,
una cama escondida en las montañas azules,
el secreto de la ciencia durante la guerra,
abandonado, con recuerdos ajenos, lejos,
no existe tiempo en la neblina, se fueron lejos,
nunca tuve un auto, esos no son mis recuerdos,
ya se fueron, menos las ratas, ni los gusanos.
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