La
palabra tiene poder,
la
de Ellos, los dioses rojos del infierno,
yo
no siento el rumor de los ríos,
aves
que se quedan dormidas,
y
las palabras poco importan.
No
hay verdad en sus mentes,
ordenan
y la violencia brota como la lluvia,
caen
las piedras de la libertad,
las
rosas sangran entre las balas,
esas
botas persiguen y persiguen,
el
poder se aferra a las palabras,
y
ya no existen los muros de lamentos.
Ahora
no hay rumbo en la oscuridad,
las
casa desoladas,
y
los niños preguntan dónde están,
todos
callan,
los
pétalos se secan,
tristeza
y soledad en las calles,
dónde
están, pregunta el niño,
todos
callan.
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